LA REVISTA SOMOS, ENTREVISTA A LUIS JIMÉNEZ, EN CHILE, 2012 - Escuela Andalusí
 

LA REVISTA SOMOS, ENTREVISTA A LUIS JIMÉNEZ, EN CHILE, 2012

LA REVISTA SOMOS, ENTREVISTA A LUIS JIMÉNEZ, EN CHILE, 2012

De visita en Chile, el español Luís Jiménez, titulado superior en Naturopatía por el Real Centro Universitario Escorial María Cristina, vino a dictar cátedra sobre Terapia Floral Evolutiva, “un modelo que favorece la aplicación terapéutica desde una perspectiva evolutiva del alma y contempla al ser humano vinculado al desarrollo de la conciencia. Desde la naturaleza de la emoción, más que desde el punto de vista de la percepción médica sintomática”.

Luís Jiménez ex presidente de la Asociación Iberoamericana de Terapeutas Florales está volcado a la enseñanza de este modelo a nivel mundial. Invitado por la Asociación gremial de Terapeutas Florales de Chile, Luís Jiménez, visita por tercera vez el país para finalizar un diplomado sobre terapia floral evolutiva en el que participaron cerca de sesenta terapeutas chilenos. En entrevista con Revista Somos, Jiménez afirmó que “los órganos se afectan porque la persona no es fiel a si misma.

Los terapeutas ayudamos a que la persona sea fiel a si misma y cuando la persona expresa lo que es, la enfermedad ya no tiene sentido y desaparece”.

Por Isabel Díaz Medina

¿En que consiste la terapia floral evolutiva?
La terapia floral es algo que todo el mundo conoce por los remedios florales. Su filosofía no está muy extendida y las personas la aplican desde un modelo que a veces no es el genuino de la terapia floral. Muchos médicos, sicólogos, kinesiólogos y naturópatas trabajan con remedios florales, pero los aplican de acuerdo a su manera de entender la enfermedad y la salud. La terapia floral propone erradicar la ignorancia y fomentar el desarrollo de la conciencia.

Edward Bach plantea que la enfermedad es sinónimo de ignorancia y el terapeuta tiene que ayudar a la persona a conocerse a si misma. Si utilizamos los remedios para paliar síntomas ya no estamos haciendo terapia floral tal cual lo plantea Bach, sino medicina floral, que es una forma natural de aplicar un paradigma que tiene una visión ligada a la sintomatología como defecto. Entonces los síntomas tienen que desaparecer.

Desde el punto de vista de la terapia floral evolutiva, el síntoma es un símbolo del alma para que la persona repare sobre su proceso y pueda traducirse como un elemento que va a ayudar a la persona a conocerse más. No se trata de eliminar el síntoma sino de darle un sentido al síntoma para que la persona conozca un poco más de su proceso. La terapia floral evolutiva recupera de la tradición, de la alquimia, de la gnosis, de la cábala una serie de planteamientos que Bach utiliza en sus transmisiones y que en sus escritos está patente, pero que hasta ahora no se había tenido muy en cuenta.

Edward Bach creo un modelo sistémico, fractal, donde los (38) remedios florales son símbolos de campos de información arquetípica que van a fomentar  en el ser humano una tendencia hacia una dirección u otra en función de una limitación o una virtud a desarrollar. Si nosotros vemos a los remedios como si fueran medicamentos estamos restando el verdadero valor evolutivo, trascendente que tiene la terapia floral. Que es una terapia que está basada en el principio de la existencia, en el desarrollo de la conciencia y en la hegemonía del alma como la verdadera naturaleza del ser humano.

Entonces, ¿en Chile hemos estado haciendo medicina floral?
Muchas instituciones, como la Asociación gremial de Terapeutas Florales de Chile, descubren a través de mi trabajo una visión que quieren profundizar. En Chile ha estado Eduardo Grecco que tiene una línea de trabajo similar. La terapia floral evolutiva ha hecho aunar diferentes modelos terapéuticos y filosóficos para poder facilitar en el campo clínico una actuación más fácil desde una perspectiva más práctica y con un desarrollo genuino de la propia terapia. Es decir no tengo porque ser sicólogo o médico para hacer un trabajo clínico, ni tengo porque emular modelos que están basados en un paradigma en el que la terapia floral no entra.

El paradigma de la terapia floral es que el alma es el verdadero regente del ser y en medicina, en sicología y siquiatría no se contempla. En todos los ámbitos sanitarios y de órdenes de salud, incluidas algunas terapias naturales no se tiene en cuenta la conciencia del ser como un elemento prioritario y el autoconocimiento como un proceso natural del alma, un elemento determinante. En este momento hay un clamor popular porque la gente está cansada de que le traten el cuerpo, la mente, la emoción desde un punto de vista sintomático, y lo que anhelan es encontrar un modelo que fomente el sentido de la existencia y le ayude a vivir en armonía con su alma desde un modelo espiritual, pero cotidiano, desde la mística urbana, pero con un sabor trascendente para no perder de vista nuestra verdadera naturaleza espiritual.

En ese sentido, ¿falta mucho por conocer y por ende aplicar del legado del Dr. Bach?
Edward Bach era un gran iniciado, fue maestro en una logia masónica durante varios años y tuvo un conocimiento directo de la tradición occidental. Estudio cábala, astrología, el pensamiento gnóstico porque en la masonería de aquella época todo esto era algo natural y formaba parte del aleccionamiento del aprendiz, del compañero, hasta llegar a maestro. Él tenía un conocimiento que luego lo aplica al ámbito de la salud, porque el quería cambiar la medicina, no quería hacer una terapia alternativa. Él quería introducir en la medicina de la época una visión trascendente que estaba relacionada con otros principios, con otro paradigma, como el que desarrollo Paracelso en su momento y otros grandes como Hipócrates y que Bach nombra en su obra.

Bach relaciona las tres fuerzas suphur, el mercurius y la sal, los cuatro elementos y las 12 tipologías de la personalidad como los 19 primeros remedios que están entroncados en la tradición hermética. Cuando vemos los cuatro elementos como Gorse, Heather, Oak, Rock Water, la dimensión de esos remedios elaborados para la desesperanza, la ansiedad, el agotamiento o la rigidez se transforman en algo completamente diferente y tienen una aplicación desde el punto de vista sistémico, arquetípico y de fuerza realmente trascendente.

La terapia floral se ha explicado desde un modelo que no corresponde a su paradigma, el cual en su origen es alquímico y obedece a una cosmovisión completamente diferente. Entonces si las personas que han hablado de terapia floral han tenido una visión ligada a la cultura social de la época de Descartes para acá no han podido tener en cuenta la verdadera dimensión de las palabras de Bach.

Cuando Bach dice que la enfermedad es la desconexión entre el alma y la personalidad, se deben explicar estos conceptos. La personalidad de Bach no es una personalidad sicológica, en el sentido convencional, sino que es una personalidad similar a la que determina Jung en su obra, desde una perspectiva síquica. Una naturaleza evolutiva donde el ser humano es mucho más que la apariencia de un tipo que se comporta de una manera limitante en la expresión cotidiana. Para eso hay que profundizar en los verdaderos maestros que ha tenido la humanidad que han ido trasladando un conocimiento y que ahora podemos recuperar gracias a la obra de Bach. Pero la obra de Bach si se lee desde la presentación médica o desde la presentación siquiátrica o sicológica se está leyendo desde un paradigma que no le corresponde.

¿A donde debería apuntar la regulación de la terapia floral en Chile?

La regulación de la terapia floral no puede estar sujeta al decreto 42, porque un médico no puede estar por encima de un terapeuta floral porque éste no tiene nada que ver con el paradigma médico. Esto no es una cuestión de Chile, sino del universo porque lo que está en juego es el alma una vez más. Existe una libre expresión religiosa, y nadie pone en tela de juicio que alguien puede decidir al respecto, sin embargo existe la posibilidad que la hegemonía del poder actual establezca que por seguridad del ciudadano tengamos que estar bajo las ordenes de alguien que no comprende el planteamiento paradigmático relacionado a las terapias naturales, que no son nuevas sino que es la consecuencia de un resurgir de algo ancestral que ha estado siempre desde una perspectiva donde el ser humano se ve como un ente holístico, que no está separado del alma o del espíritu.

La regulación desde el marco sanitario lo único que podría hacer es certificar la profesionalidad pero no entrar en juicio si es una terapia que cumple con unos requisitos o no porque el paradigma desde la que se mueve no puede ser validado por un paradigma que no la entiende.

Paracelso decía que el fracaso de la medicina era la cirugía y hoy la cirugía es la madre de la medicina. Entonces es un paradigma completamente diferente, que no se trata de extirpar, ni de cortar, sino de darle sentido al síntoma. Si esto no se tiene en cuenta la regulación no tiene sentido. La terapia floral debería regularse pero como una ciencia genuina independiente con la posibilidad que los terapeutas ejercieran de acuerdo a su criterio estableciendo una normativa que permita el libre ejercicio y la responsabilidad de acción terapéutica de acuerdo al modelo de su praxis.

¿A que responde el “boom” por las terapias naturales?

Creo que durante mucho tiempo el ser humano se ha ido alejando de la verdadera dimensión trascendente espiritual, de su naturaleza y se ha industrializado. Las terapias naturales recuperan esa parte del ser humano que se ha perdido a través de una tendencia hipertécnica que lleva al profesional a hacer un diagnóstico sin tener en cuenta a la persona. Es decir, tu hígado y mi hígado pueden que tengan una similitud biológica, anatómica y celular, pero evidentemente  tu hígado está sujeto a ti y tú eres alguien diferente a mí, por lo tanto el tratamiento de tu hígado debería ser muy diferente al mío.

Si no se tiene en cuenta eso y todos los hígados son tratados igual porque no se contempla a la persona, evidentemente comienza a surgir un rechazo hacia una propuesta de esta naturaleza porque se está obviando la verdadera naturaleza del ser humano. Podemos hacer cualquier tipo de implante, cualquier tipo de transformación desde un punto de vista mecánico, sin embargo hemos perdido la conciencia de la dimensión espiritual y el sentido de la existencia.

¿Esta inquietud hacia lo natural responde a una crisis más global?
Esta no es una crisis dentro de las terapias naturales o de la medicina, sino que es una crisis global. Tanto en el ámbito ecológico, financiero y político. Porque es un modelo caduco que ya no nutre al ser humano, porque el ser humano ha dejado de existir como tal, para convertirse en un número que rinde o consume para poder seguir manteniendo un sistema que lo está devorando.

¿Hay un despertar, una toma de conciencia del ser humano?
Hay una madurez poco a poco en el ser humano que empieza a tomar partido y a manifestarse abiertamente sobre su necesidad de direccionalidad en la vida. Los grandes padres y madres sociales han decidido que era lo mejor para el ciudadano y este ha alcanzado ya la conciencia de cuestionar al poder si es un ente separado de él. A partir de ahí se plantea el ¿por qué no puedo decidir sobre mi salud?, ¿por qué tiene que haber alguien que me diga cual es la única vía?.

Es importante la liberación de la información y la posibilidad que pueda recibirla desde fuera del marco que está ligado al poder, lo que tiene que ver mucho con internet, aunque ahora intentan frenarlo porque es la vía de comunicación más plural. Actualmente toda la información que requiero para mantener una vida saludable desde un paradigma diferente está a mi alcance.

Algunos terapeutas naturales conviven sin problemas con la medicina oficial, no hay una crítica abierta hacia su quehacer. ¿Cómo ves esta situación?
La medicina oficial tiene 200 años y no cura, por el contrario lo que hace es enfermos crónicos, porque detrás hay una industria farmacéutica que necesita mantener a la gente en esa condición. Cuando hay una enfermedad que no es comercialmente interesante porque son pocos los enfermos no se desarrolla una investigación para paliar la enfermedad. La medicina está enfocada desde el negocio de la industria farmacéutica. Por más que el médico tenga un sentido humanista y una visión trascendente, al momento que entra al marco sanitario y se vincula a lo farmacéutico tiene que dejar de ejercer en esa dirección.

Cuando un enfermo ya sea por colesterol, presión alta o diabetes acude a la consulta con niveles fuera de lo correcto, el médico les da unas pastillas que ordena tomar para toda la vida. Eso es un negocio. Los niveles de colesterol se han elevado con respecto hace 10 años. La mayoría de la población tiene colesterol y tiene que tomar pastillas o bebidas biológicas para bajar el colesterol. No es conveniente que la gente tenga el colesterol alto, pero no se le da una lectura simbólica a esta situación. No hay educación en un sentido de prevención vital, no hay una higiene mental, a la gente no se le educa para que gestionen sus emociones y puedan salir de esa dinámica que poco a poco va maltratando su vida.

La medicina es un paradigma que nace de un momento histórico, cuando los persas, pueblo que anhela conquistar el mundo, desarrolla un arte de curar sintomático para poder mantener a los suyos lo más activos posibles. Hay otro modelo que tiene un planteamiento trascendente denominado kémico del pueblo egipcio, que tenía una visión espiritual mucho más desarrollada. Dicho pueblo valora el concepto de estar sano en cuerpo y alma. Esto se transmite a través de al-Ándalus a Europa y Paracelso lo recupera después de muchos miles de años. El planteamiento de Paracelso lo recupera Bach, a través del círculo de Cooper, Bach vuelve a traer al panorama moderno un planteamiento que tiene que ver con el desarrollo evolutivo del ser humano y no con el planteamiento médico de paliar síntomas sin tener en cuenta el alma.

Entonces no puedo estar de acuerdo con el planteamiento médico, porque está basado en la lucha de contrarios y no creo en eso. Porque yo vivo de la unificación de las polaridades para vivir completo. Un médico homeópata es una contradicción. Un médico no puede ser homeópata y un homeópata no puede ser médico porque ambas disciplinas son paradigmas contrarios. Si en la medicina su paradigma está en la aplicación de los contrarios si tienes fiebre se aplica frío, la homeopatía es por lo similar.

¿Debería haber una tendencia a futuro en la disminución de los fármacos?
Eso tiene que ir con el desarrollo de la conciencia del ser humano. Solo tiene que tomar un medicamento y mirar los efectos secundarios que tiene, y preguntar a las personas como se sienten después de tomar un fármaco. Hay una revista en España Discovery DSalud que es eminentemente crítica y que plantea en su línea editorial que la mayoría de los medicamentos no solo no cura, sino que además provoca un malestar en el paciente.

Las vacunas y toda una serie de modelos farmacológicos están basadas en una propuesta que no tiene nada que ver con la verdadera humanidad en el sentido de curar o paliar. De hecho en África se muere la gente porque no llegan los medicamentos que supuestamente le salvarían. India quiere desarrollar sus propios medicamentos pero no les dejan porque la industria farmacéutica no podría vender allí. La industria farmacéutica tiene poder al igual que las finanzas. La farmacéutica y las finanzas son las nuevas grandes religiones del planeta, que mueven el mundo. Este modelo se está cayendo a pedazos, porque el ser humano necesita algo más. El ser humano comienza a agonizar en la necesidad de comenzar a conectarse con esa otra magnitud de su ser.

¿Que podemos encontrar en la terapia floral?
La terapia floral es una vía para saber de uno. La gente se enferma porque no es congruente, porque no expresa lo que es. Cuando uno no expresa lo que es, ya sea por miedo, vergüenza, por el chantaje emocional de otra persona, por timidez o por cualquier causa, se enferma. La mayoría de la gente se enferma porque no expresa sus talentos, más que por ir por encima. Porque podemos decir que la enfermedad puede aparecer tanto por exceso como por defecto. Es decir, cuando yo no expreso lo que soy, cuando me callo, me reprimo, cuando mi naturaleza no es congruente empezarán a aparecer síntomas. Los síntomas desde nuestro modelo son los indicativos que uno no está expresándose como es.

El terapeuta que aplica un modelo holístico pone a la persona sobre la pista para que descubra quien es y pueda vivir de acuerdo a ello. Cuando alguien vive de acuerdo a su naturaleza lo primero que aparece es la alegría, que es la sensación de estar presente en la vida. (Nos han vendido la historia que tenemos que alcanzar la felicidad, como la consecuencia de obtener logros, pero también es fruto de la decepción futura si no los alcanzo). Siguiendo con la alegría, es decir la persona entra en un estado de paz y al sentir la alegría. A partir de ahí empezará a desarrollar lo que es, lo que necesita como alma, no como sujeto vinculado a una sociedad que le exige que haga cosas que no siente. Entonces aprende a vivir de acuerdo a lo que piensa, a lo que siente y encuentra una vía que a veces no es la que plantea la sociedad. Pero se puede vivir de una manera diferente cuando uno empieza a tomar conciencia de su necesidad.

Los terapeutas florales no tratamos enfermedades, no tenemos porqué saber que es una cirrosis porque no tratamos órganos. Los órganos se afectan porque la persona no es fiel a si misma. Nosotros ayudamos a que la persona sea fiel a si misma y cuando la persona expresa lo que es, la enfermedad ya no tiene sentido y desaparece. Nosotros no damos remedios para eliminar síntomas o arreglar cuadros sintomáticos en el cuerpo sino para que la persona sea fiel a si misma.

En estos tiempos, ¿que tan complejo resulta ser fiel a uno mismo?
Es un trabajo que dura toda la vida, pero se pueden ver resultados a los pocos meses de empezar una terapia. El estado emocional que le ha traído a la consulta es la puerta para entrar a otra dimensión de conocimiento de si mismo y poco a poco empieza a hacerse consciente del sentido de la vida y a vivir de acuerdo a eso. Entonces entra en otra cosmovisión, en otro paradigma, donde ya no se trata de querer, no tener, sino de Ser. Entonces uno Es y al Ser vibra en plenitud. Ahora si uno quiere ser lo que no es y se empeña toda la vida va a ser un desgraciado y además se va a enfermar.



X