La ilusión de estar vivo - Escuela Andalusí
 

La ilusión de estar vivo

La ilusión de estar vivo

Cada día al despertar nos ilusiona creer que estamos en un nuevo día, que algo nuevo deseamos, queremos vivir nuevas experiencias, sin embargo repetimos una y otra vez los mismos sucesos.

Las proyecciones son la realidad del alma, no existiríamos si no creásemos cada día un universo proyectado para poder interactuar en él y seguir nuestro progreso.

La vida tal como la reconocemos no es mas que el producto de nuestra experiencia limitada, filtrada por nuestra creencia de que lo que existe ya lo conocemos.

Conocer para ser. Ser desde lo conocido, identidad maldita que ejerce el limite de mi condición e identidad para no perder el control en un universo infinito.

Reitero mi deseo de Ser proponiendo un marco delimitado y fijo que permite la emergencia de la idea, de que dentro de él estoy seguro.

Conozco y puedo hablar de ello, conozco y puedo ajustarme e ello, conozco y puedo dominar aquello.

Para fijar afuera y mantener la imagen que descubrí e de detener mi avance, petrificado, anclado y pretérito percibo lo mismo aunque ya haya muerto para el mañana.

Dominio y control desde la forma contaminada por el yo, que propone el oficio repetitivo de mantener fijo lo móvil, aunque todo cambie sigo seguro desde la insistencia de permanecer atado a un trozo de la vida que descubrí sujeto a lo que soy por los siglos de los siglos.

Separado del Todo (ilusión ingenua de nuestra condición humana) busco en el afuera aquello que permanentemente en mi existe por decisión propia. Te veo porque he decidido verte tal cual te imagino y tras las primeras experiencias a tu lado he decidido por comodidad adjudicarte un carácter para poder vivir sin complicaciones una vida segura desde donde no tendré que cuestionarme nunca más quien eres. Así yo podré crecer desde mí centrado en las señales fijas que el mundo y los seres reflectan para mí. Me voy, te desatiendo, me centro en otros aspectos de la vida, confiado en que tú y el mundo seguirán fijos donde los dejé para cuando decida volver, así todo estará igual y yo podré proseguir donde lo dejé. De esta forma el perro es perro y nada más, el gato es gato y eso me calma, tú eres tú y deseo que sigas siendo aunque yo cambie y no lo vea, lo que no coincide es fruto de la idea de que tu cambias, aunque quizás sea yo el que cambio y no lo advierto si no a través del aparente cambio que percibo en ti, o quizás el cambio sea de los dos, pero como siempre es el otro el que perturba, el otro el que provoca, el otro el que funde el metal adherido que permite la emergencia de lo nuevo desde la desintegración.

Deseo de permanecer como soy, he decidido que eso es lo que es, y tú deberías de seguir siendo como eres, para que todo esté bien y pueda continuar con lo que quiero realizar, eso despeja la inquietud permanente de mi desconocimiento y fomenta la repetición para que mi acomodo existencial no provoque ansiedad.

Si yo pudiera vivir desde la inseguridad, desde la incertidumbre pujante que mantiene alerta mi deseo de conocer, seguramente descubriría cada día matices novedosos que se apelmazan sobre el corazón de aquello que un día acepte como objeto de mi deseo.

¿Quién eres? O lo que es lo mismo ¿Quién soy para ver en ti lo que veo? Podría ser más de lo que soy para ver de ti más de lo que he visto hasta ahora. ¿Podré despojarme de lo fijo, de aquello que proyecté en ti como necesidad de mi escasa capacidad para adentrarme en la vida sin reservas? De aquello que decidí que era desde mi desconfianza en la vida y la ignorancia de mi propia naturaleza Divina, donde tú y yo somos lo mismo. Donde nosotros se transforma en uno, donde todo lo que ahora percibo es la condición de mi deseo y necesidad de percibir la vida aunque no la comprenda y la limite en trozos de humanidad que son copias de mis miedos y deseos.

Universo proyectado, creación incipiente, malograda y caduca de un aprendiz creador que se somete a la creencia de que él es algo más allá de la vida que le anima y le permite recrear con limitación aquello que contempla, repetido, pretérito y encapsulado, para poder ser y no enloquecer en el infinito flujo de vida, que cambiante y renovada emerge cada día en un escenario nuevo, repleto de novedosos personajes que buscan la libertad aunque se aferren a su fría cárcel neuronal.

                                                                                                                                                                                                                                                          Luis Jiménez



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