Limitación.
- Desaliento y pesimismo
- Bloqueo en la acción. Dificultad con lo cotidiano
- Evasión/incapacidad
- Alteración de ánimo
- Quietud y espera
- Maniqueísmo.
- Experiencia/Resultado
- El enemigo interior. Pensamientos negativos. Traición de la vida
- Relaciones adictivas
- Inmovilismo/ resistencia al cambio
Pesimismo, fatalismo y pasividad. La pasividad se asienta sobre la creencia: “para qué hacer si seguramente me va a ir mal”. En la acción los resultados deben aparecer pronto, si no, emergerá la decepción y el desánimo. La decepción es un sentimiento común que aparece frecuentemente al no darse lo que se espera.
Ante cualquier contrariedad o retraso, aparecerá el desánimo en la personalidad como síntoma que, poco a poco, se irá instalando como suma de las pequeñas contrariedades y retrasos que se dan en la vida de forma natural. Su refugio está ligado a la repetición, a la estabilidad que le da lo conocido y lo fijo. Su miedo aparece ante lo nuevo, el cambio o lo que provoque inestabilidad en su mundo establecido.
Intención positiva de la limitación.
Evitar la decepción y no vivir más desengaños. Decidiendo que nada va ir bien no se emprende nada y, así, se anula cualquier posibilidad de vivir un desengaño. Y así se asegura lo que tiene y vive de acuerdo a lo conocido.
Ámbito de exploración.
Pone de manifiesto la energía que permite el avance a través de las aparentes dificultades.
La Perseverancia, fruto del objetivo certero, mantiene el delineamiento concreto que finalmente, y a pesar de los impedimentos, permitirá arribar a “puerto”. Percibir las dificultades como elementos constitutivos del desarrollo que permiten, a través de su gestión, la ampliación de recursos para posteriores emprendimientos, que le dotarán de la confianza necesaria para vivir en una progresión constante fruto del entendimiento de que todo en la vida obedece a una causa evolutiva.
